lunes, 16 de octubre de 2017

La Feria por dentro

El Mercado Social de Madrid se está convirtiendo en una cita fija dentro del ámbito de la economía social y estamos orgullosos de poder colaborar para que así sea. Desde nuestra anterior participación, en 2014, ha crecido y está mejor organizado, hay mucha más oferta de entidades y se llega a más gente. Por nuestra parte, también hemos evolucionado mucho en estos tres años, en aquel momento teníamos una alto componente de ideas aún no materializadas, pero, unos meses después de aquella feria, la asociación empezó a crecer en número de socios y empezamos a avanzar con pasos más sencillos y concretos. Actualmente, hemos acudido a la feria, con una cantidad estable de personas socias, con ahorradores que confían en el proyecto y aprovechando esta celebración, se ha abierto la posibilidad de solicitar ayudas reintegrables sin intereses (ARESI).

Personalmente pienso que este tipo de encuentros conlleva un gasto económico y desgaste personal elevado para las entidades pequeñas como la nuestra, quizá esto justifique que hayamos estado dos ediciones sin participar, pero nuestra presencia en ellos nos sitúa dentro del ámbito al que deseamos pertenecer y con el que coincidimos en valores, por lo que supone una excelente manera de seguir creciendo y tejiendo lazos con otras entidades afines.

Participé en nuestro stand el domingo 24, el sábado estuvo mi compañero Andrés, y Carlos lo hizo ambos días compartiendo esta tarea con el stand de la organización para la que trabaja. Incombustibles, siempre le echamos ganas, y siempre que tenemos un evento de este tipo, lo damos todo.

El sábado por la tarde hablé por teléfono con Andrés y le pregunté si hacía falta llevar algo de última hora para el día siguiente. Parecía que todo estaba bien, aunque se le notaba preocupado porque « ¡los de Oikocredit nos ganan en número de personas apuntadas!», bromas aparte, estuvo muy bien compartir el stand con ellos y nuestra relación fructificó durante el encuentro, nos echamos una mano en la difusión de ambas entidades y aunque tengamos realidades y situaciones muy distintas, basadas en la diferencia entre partir con un nombre o hacerse un nombre, formamos un tándem muy efectivo. Sinceramente, creo que poco a poco estamos ocupando nuestro hueco en el mundo de las finanzas alternativas y solidarias, así me lo demostraron varias de las personas que se acercaron por allí y quedó patente con nuestra participación en una charla instructiva sobre mecanismos de economía junto con el resto de entidades que conforman las alternativas de las finanzas éticas, lo que fue todo un placer.

Cuando uno participa como expositor de una feria de este tipo, desea estar del otro lado; pasear tranquilamente entre los puestos y conocer lo que allí se expone, de hecho hay cierta envidia hacia aquellas personas que lo visitan y dedican un par de horas para conocer cada una de las iniciativas, que son muchas y muy interesantes. Pero, de este lado, uno se concentra en hacer llegar el mensaje de «lo suyo» y dar a conocer su proyecto a cuantas más personas, mejor. Pasaron por allí alguna de las personas socias del proyecto con las que compartimos vivencias y recordamos los orígenes del mismo, también pasó gente que preguntaba si nuestro proyecto le garantizaba un beneficio económico a sus ahorros, a estos últimos los respondimos con un sincero «no, no hay un beneficio económico para los ahorradores ya que no hay un prejuicio económico para los beneficiarios de las ayudas» y a continuación les hablamos de los otros beneficios, aquellos que poco a poco calan en esta sociedad comprometida; beneficio social, ético y compartido.

En mi experiencia personal, me sentí mucho más seguro pudiendo ofrecer a los interesados una capacidad operativa completa que tres años atrás solo estaba en nuestra mente, y creo que tuvo una muy buena aceptación, en general. Muestra de ello es que surgió de la feria una charla en la que participaremos próximamente sobre innovación en la financiación del autoempleo, también se apuntaron nuevas personas ara estar enterados de las últimas novedades del proyecto y nos relacionamos con posibilidades de colaboración con varias entidades interesadas en nuestra filosofía. En general, nos damos por satisfechos y consideramos como bien empleado el esfuerzo realizado.

Así que, a última hora del domingo, después de ultimar mis compras y ayudar a desmontar seis stands antes de irme, con cansancio, pero prácticamente recuperado del constipado (¡la economía social te cura!), se cerró otra Feria para nosotros, ¡nos vemos en otra!